miércoles, 3 de octubre de 2012

Amar al prójimo?: solo sabiendo que venimos de una Totalidad.-

Este tema trata sobre una parte profunda de nosotros como seres humanos, es un poco largo, algunos puntos ya los he expuesto con anterioridad, pero igual espero que les interese y lo lean con atención. A mí me parece cojonudo y una vez que lo aceptamos damos un paso inmenso en esta vida.  Vamos a hablar sobre el reto de ser individuos únicos, amando al prójimo pero recordando que venimos de una totalidad.  En este “nuestro mundo” material  tenemos que recordar y aprender a vivir con los opuestos como si estos fueran uno, aunque experimentemos que significan dos. Leí que: “Él”, el Universo en su impecable armonía, coherencia y elegancia es uno más en la inmensa gama de Universos que existen en esta telaraña de energía cuántica, que nosotros llamamos realidad en 3D y en la cual nos es tan difícil vivir sin las dualidades, o sea, es como si estuviéramos en pañales en nuestro: empezar a comprender-nos. 

Los seres humanos tenemos la infinita capacidad---como ya hemos visto con anterioridad---de etiquetar todo y de valorar todo: lo blanco y lo negro, lo bueno y lo malo, el rico y el pobre, la partícula y la antipartícula . . . y, esto no es más que para poder CONTROLAR todo!”. Empecemos por recordar bien que todos somos UNO, desde el Principio, donde 1+1=1, por más que nos parezca locón!  No es tan fácil ni es cuestión de decir yo soy valiente, yo soy generoso, yo soy alegre o yo no soy cobarde, no soy tacaño, y menos malgeniado . . . mmm, atentos y rewind plissss. . . ¿cómo voy a saber que soy valiente si no conozco la cobardía dentro de mí?, ¿cómo voy a ser generosa si desconozco la tacañería?, ¿cómo voy a estar alegre si no tengo idea de lo que es estar triste? 

Desde años atrás vivimos separados unos de otros y señalándonos a través de “las famosas etiquetas”: los cobardes, los valientes, los generosos, los tacaños, los alegres, los malgeniados; todos seguimos etiquetados, a pesar de que hay “muchos” en el ambiente que nos dicen: “no juzguemos a nadie porque nos estamos juzgando a nosotros mismos”, “todos somos capaces de todo, sino, no podríamos ser capaces de NADA”. No sé quien dijo: “no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad”.  Y,  tampoco recuerdo quien decía: “cuando vez en otra persona algo que no te agrada es porque te está reflejando algo de ti que no soportas”. Pero ¿por qué no lo soportamos, si todos somos capaces de todo?, simple: ¡porque estamos negando nuestro lado oscuro! Esto es bien paradójico porque puede ser que seamos totalmente diferentes a lo que no soportamos de esa otra persona, pero si lo vemos desde el punto de vista de la totalidad no nos queda otra que aceptar que todos somos portadores de todos los opuestos . . . una buena pregunta sería: ¿estamos percibiendo a ese otro, a través de la separatividad o de la Totalidad?

Si partimos de una Totalidad y aceptamos que ésta significa que todos poseemos y/o somos capaces de actuar desde todos los opuestos,  podemos darnos cuenta que pasamos  gran parte de nuestras vidas negando nuestro lado oscuro, y lo negamos tanto que terminamos proyectando toda nuestra densa negatividad en quienes nos rodean. Sabemos que constantemente atraemos a personas que nos hacen daño a nuestras vidas y no lo comprendemos;  ¡atentos nuevamente! no es que estamos atrayendo y buscando lo negativo y oscuro, es simplemente que no tenemos tolerancia para aceptar lo negativo y oscuro en nosotros mismos porque nos los han vendido como: ¡PECADO! o ¡MALO!, cuando simplemente es parte de nuestro aprendizaje. El asunto está en no quedarnos pegados en el lado oscuro porque SABEMOS que como seres  humanos en evolución no nos viene BIEN!! 

Ahora que estoy entendiendo y aceptando este conocimiento “OLVIDADO”, donde todos somos UNO, es que “empiezo a comprender en algo” que de esta aceptación parte lo que verdaderamente significa “amar al prójimo como a ti mismo”.  Todos creemos que es fácil amar al prójimo, pero ¡nada que ver!, ¡no es nada fácil y no nos engañemos!. Imaginemos cuando entramos en situaciones más graves como: amar a los asesinos, a los violadores, a los torturadores, etc., tenemos que usar el mismo principio, y es ahí cuando nos aparece la importancia del “reto sagrado” que nos dejó Jesús: “ama a tu prójimo como a ti mismo y más aún a tus enemigos” . . . ¡¡¡OMG!!! nos encontramos con que verdaderamente no es nada simple amar al prójimo, ¿cuántos podremos amar a nuestros enemigos?, ¿cuántos siquiera estamos dispuestos a amar a quien “creemos o asumimos” que nos hizo “daño injustamente”? a pesar de que “ese alguien”  fue importante en nuestras vidas en algún momento! mmm . . .  hay mucho por aprender en: AMAR como seres humanos si queremos vivir una vida más ligera y feliz, eh?, plop!

w/muchness
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