martes, 26 de julio de 2011

Por qué fallan las relaciones entre los seres que se quieren.-

¿Es por la meta a la que cada ser humano inconscientemente sabe que “tiene” que llegar . . . ? estuve leyendo a Santiago Pazhín, Psicoterapeuta y Director del CEYSI en España y estoy totalmente de acuerdo con él cuando habla sobre "la delgada línea roja" de las relaciones . . . desde niños nos enseñaron que la felicidad había que buscarla “allá-no-acá”, léase como: "buscar la felicidad en el afecto de otras personas y no en nosotros mismos". Esto, nos lleva a la necesidad de vivir para el otro y que el otro viva para nosotros, creando apegos y ataduras afectivas que también nos hacen “creer y pensar” que tenemos que "depender” de otros para ser felices; ante estas creencias, la mayoría de las veces, vivimos con temor a que dejen de querernos, sin llegar a comprender que la verdadera felicidad es un estado interior y que todo comienza por aprender a amarnos y vivir en armonía con nosotros mismos.

Éstas tontas creencias nos llevan igualmente a "mantener y permitir" determinados tipos de dolores y tristezas que la psicología nos refriega en la cara como: chantajes emocionales, agobios o abusos psicológicos. Caemos en la obligación, sin darnos cuenta, de mendigar o exigir el amor de los demás. Esto finiquita cualquier relación, pues en la mayoría de los casos esa forma de amor termina convirtiéndose en un inmenso dolor, dolor del alma, por haber perdido a quien se ama. Y todo . . . ¿por qué? porque nos percibimos atados a necesidades y exigencias afectivas patológicas, sin respetar la libertad del Ser, pensando que nos pertenecíamos como "objetos”, en lugar de percibir la verdadera necesidad natural y sana de estar juntos como "sujetos".

Este tipo de percepciones, que suceden con mucha frecuencia, ha llevado y nos lleva, a romper muchas relaciones como la relación de padre/madre con hijos, relaciones entre hermanos, las de amigos y especialmente las relaciones entre parejas. Hago un stop y digo: ¿pienso, luego existo? definitivamente no!!! ¡existo, luego pienso! Parecería que la vida nos está diciendo que es tiempo de empezar a existir y crecer individualmente para más adelante volvernos a unir de nuevo. Unirnos pero sin las dependencias y los apegos, aprendiendo a ser autosuficientes, sin irse al extremo de la no resonancia, solo respetándonos y queriéndonos sin ataduras eternas; haciendo más enriquecedoras y provechosas las relaciones. Y es que en esta nueva época, con esta nueva humanidad no hay cabida para la pasión disfrazada de amor o para la obsesión o la dependencia por o de las personas amadas; ahora es el tiempo de crecer individualmente para vivir en mutua armonía entre los que nos amamos.

Se imaginan a la familia ya no dirigida por un solo miembro, sino formada por individuos que crecen personalmente y en este crecimiento se va contribuyendo también al crecimiento de todos y cada uno?!! Ya no hay cabida para el dolor porque llegaremos a ser autosuficientes "afectivamente", aprendiendo a vivir amándonos primero a nosotros mismos y luego a los demás, ya sabemos la regla #1: “nadie puede dar lo que no posee en su interior”. Solo entonces existirá, la verdadera relación de pareja, una relación donde antes que nada estará el respeto mutuo por la libertad del otro. No se vivirá para "el o los otros", sino para crecer uno mismo y para dar lo mejor de uno a toda la familia. Co-crearemos un mundo familiar donde no existen los apegos ni dependencias afectivas, un mundo sin posesiones ni ataduras que esclavizan e impiden el progreso espiritual; un mundo sin chantajes emocionales, un mundo donde se permita, que cada uno, unido por el verdadero amor y respeto, quiera y desee que el otro busque y alcance el sentido de su vida como individuo.

w/muchness,
mids

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