martes, 7 de febrero de 2012

la coreografía de nuestra vida v's poner cara de poto.-


Hemos dicho, en varias oportunidades, que la vida a través de “nuestras creencias y pensamientos” nos lleva “automáticamente” a enroscarnos con nuestras partes densas, oscuras y estancadas. Imaginemos---aunque sea por pocos instantes---una coreografía entre la mente y el corazón, ¿podríamos decir que sería como una danza entre la luz y la oscuridad?.  La imaginación no tiene límites . . . que tal si a través de la imaginación empezamos a “reconocer” y a “recordar” nuestra verdadera esencia, logrando una perfecta coreografía en nuestra vida. ¿Piensan que encontraríamos que todo es más fácil porque todo dejaría de ser una lucha y dejaríamos de poner cara de poto? . . .
Me encontré con una amiga que no veía desde la universidad, 2002. Estaba con una cara de poto de terror punto com. Desde esa época ella era una persona “especial” porque necesitaba ser “reconocida” constantemente. Ahora me doy cuenta que ese "era y es el reto de ella consigo misma” y . . . ahí sigue ella aún con ese reto, en su vida, en esta vida, para aprender cómo manejarlo.  Me contó que su marido la había dejado, que estaba conviviendo con otra pareja, pero que a pesar del tiempo transcurrido---aaaaños---no podía “sacudirse del resentimiento” que toda esa situación le había originado, y encima, no tenía la fuerza para admitir que no era tan feliz como aparentaba.

Vivir con resentimientos es todo un tema que tiene que ver---según yo---con no poder decirle a nuestra oscuridad y sin ningún temor: ¡sal a la luz!.  Imaginemos y “experimentemos”---no lo dejemos solo en la imaginación---a la luz viajando dentro de las partes densas y oscuras de nuestra realidad, donde yace placenteramente---como en el caso de mi amiga---“el resentimiento”, que la obliga a poner esa horrible y desagradable cara, a todos los que están a su alrededor. Sigamos imaginando a esa luz que va iluminando todo lo denso, todo lo oscuro, logrando que poco a poco vivamos una vida tan placentera que un día nos levantamos y ¡plop! nos encontramos con que: desapareció esa horrible, dura y acartonada cara de POTO!!!!.

¿Sería este resultado una coreografía perfecta entre la mente y el corazón?. La vida nos invita día a día a ejecutarla una y otra vez. Aceptemos esa invitación y cada vez que nos aplaste la negatividad, el resentimiento, la cólera, etc., practiquemos la coreografía de nuestra vida y. . . no juzguemos, no nos juzguemos, no pongamos cara de “malos amigos” (ya mucho poto). Colguémonos de la luz y conectémosla, a través de nuestra imaginación, a esas partes aún no iluminadas y descubramos los maravillosos seres que podemos ser en esta también maravillosa vida!
w/muchness,

mids

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