Mi Elogio a MVLL.-

Qué inmensamente grande y feliz me sentí esta mañana cuando leí: “Elogio a la Lectura y la Ficción” de MVLL. Es verdaderamente un “elogio” para mí, sentir y saber que un ser humano como Mario está tan cerca de mi realidad que casi lo puedo palpar. Sin ningún reparo, más bien con una maestra humildad, nos cuenta como aprendió y como se sintió tocado por otros seres humanos en su camino de la vida. Me doy cuenta a través de su escrito que sin perder el equilibrio tomó solo lo que era bueno para él, respetándose y respetando al mismo tiempo lo que no le correspondía tomar por nobleza y amor propio. Lo más increíble y lo que quiero compartir es que durante mucho tiempo me pareció un individuo soberbio y autoritario. Qué equivocada estaba, en realidad jamás me di el trabajo de leer ninguno de sus libros, lo detestaba! Por ahí me parece que leí uno y como probablemente estaba predispuesta, el libro no me dijo nada! Este es el típico caso de ser una sublevada pero dormida. Para mí Mario era un huevón! Pero y ¿yo quien era? nada más y nada menos que una dormida!

Yo había temblado y enloquecido cuando lo del Fredemo, cuando sentí que “nos abandonó” me fui al otro extremo y desde ese lugar lo observé hasta hoy! Nunca más quise saber de él, pero siempre en el fondo de mi ser supe que un hombre que me había movido tanto, así como a miles de peruanos, como ningún político lo había hecho jamás -hablo por mi- tenía que tener algo que yo no quería ver, intuía que había en él algo más profundo, desgraciadamente, yo solo veía el mechón sobre la frente! Bueno esto es lo que me pasó y así es: tuvo que ganar un premio Nobel para que yo reconociera en él todo su talento. Porqué? porque la mayor parte de mi vida me he dejado llevar por prejuicios mal infundados, por los “memes culturales”. Pero hoy fue un día diferente, hoy por primera vez percibí y descubrí algo verdadero y real sobre MVLL. Tengo que admitir que me conmovió hasta “los guts” todo lo que leí de principio a fin. Yo sé que si no hubiera cambiado, durante estos últimos años los puntos de vista que tengo sobre mí misma, no hubiera tenido tampoco la capacidad para cambiar mis puntos de vista sobre Mario. ¡Simplemente hubiera leído su artículo mirando pero no viendo!

Su amplísima gama de experiencias es amorosamente humana y la capacidad de sintetizar esa inmensa gama en su “elogio” es lo que me asombró y me permite escribir lo que pienso sobre él hoy y ahora. En el transcurrir de nuestras vidas algunos o muchos, no lo sé, miramos dentro de nosotros mismos; ojalá todos lográramos encontrar ese maravilloso silencio en nuestras mentes, ese silencio que nos permite llenar vacios existenciales con nuestras propias potencialidades y nos posibilita a mirar y ver más allá del pensamiento. Estoy segura de que VLL ha llegado a fundirse en ese silencio del alma la cual le concedió el privilegio de compartir y enseñar esa maestría que todos traemos per se, pero que nos es tan difícil de descubrir. Gracias Mario por haber nacido en el Perú y gracias también por comprendernos y amarnos a pesar de encontrarnos muchos, aún dormidos, especialmente en nuestra autoestima multicultural. ¡Eres un ejemplo para nuestro despertar!
Mids