sábado, 11 de junio de 2011

nuestra realidad: cuando el ego dirige nuestras vidas.-

Tomé un curso de Eneagrama y lo que aprendí me hizo acordar mucho al libro de Tolle donde nos da su opinión de cómo nos encontramos frente a nuestra realidad, cuando el ego dirige nuestras vidas.
Eckhart nos dice que generalmente todo empieza porque no tomamos conciencia de "los personajes que representamos", en lo que llamamos nuestra realidad. Nos dice que algunos de estos personajes son muy ingeniosos y otros son totalmente evidentes. Todos estos papeles que representamos pertenecen al ego y el ego como bien sabemos se alimenta de la atención de los demás; eso es lo más triste de nuestra realidad, siempre estamos tratando de llamar la atención de los demás. El ego no busca la atención de la Presencia Divina que está dentro de nosotros, pero como requiere de formas de atención busca las externas como: reconocimientos, alabanzas, admiración, ser notado de alguna manera, ¡él necesita que se reconozca que existe!. Cada vez que nos sentimos superiores o inferiores a otros, es un problema del ego, por lo tanto, una carencia.

Cuando el ego no logra despertar flashes de admiración, busca “otras” formas de atención, sin importarle si ésta es positiva o negativa, el final es lograr el reconocimiento. Representamos a diferentes personajes dependiendo de la carencia que tenemos---aclaremos que se le llama carencia a lo que nos falta o nos sobra---ante estas carencias representamos al malvado, al indolente, al perfeccionista, al lujurioso, al orgulloso, al que todo le da lo mismo, el insatisfecho, al miedoso, a la víctima, al que nadie sabe más que yo, etc. etc. etc.. Llegamos algunas veces hasta a cometer actos estúpidos---de los que muchas veces nos arrepentimos---por obtener fama. Lo que en realidad nos sucede es que el ego nos pide a gritos que por favor le digamos que existe, que no es insignificante! Estamos hablando de formas patológicas del ego, carencias que se convierten en versiones extremas de nuestro ego normal.

Años atrás yo tenía la carencia de Anita la Huerfanita, o sea la víctima, esta forma de ego es de quien busca la simpatía o la compasión o el interés de los demás por sus problemas. Es un patrón muy común, todo el día me la pasaba renegando o me sentía ofendida, dejada de lado, resentida, etc. pero todo esto era casi siempre por dentro. Cuando me identificaba con una película o libro en la cual existía el papel de víctima, no quería que terminara, el ego no desea poner nunca fin a “sus problemas” porque son parte de su identidad!

Si nadie quería seguir escuchando mi historia---de cómo sufrí en Australia, de cómo tuve que trabajar de obrera, de cómo me separaron de mi enamorado---me la repetía mentalmente una y otra vez para sentir compasión por mi misma y poseer la identidad de la persona maltratada por la vida, por el destino, por mis padres, por otras personas o por último por Dios mismo---esa era yo, siempre masturbándome la mente con el mismo rollo. Era una forma de encontrarle una lógica a esa imagen de necesidad que tenía de mí misma, de ser alguien, no importa qué o quién, pero alguien, era lo único que le interesaba a mi ego: ser alguien!
Para tapar el papel de víctima---que no me venía bien, me hacía sentir disminuída--- utilicé y me protegí mucho con el poder por lo que fui creadora de un conflicto interior mucho mayor! Se imaginan a Anita la Huerfanita, totalmente deprimida pero cargando una metralleta recortada! De: terror.com!!
Gracias a Dios que esa carencia quedó en mi historia y ahora me sirve de apoyo y no de carga!
w/muchness,
mids

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