martes, 22 de noviembre de 2011

de un cuento a una realidad.-

"Inés las enfermedades también nos sirven para mirar más allá en la vida” . . . . . . . . . así leía la dedicación en el libro que me regaló uno de los doctores que veía mi caso de celulitis en la clínica. Es un librito pequeño, rápido y fácil de leer, escrito por él. Empecé a leerlo y quedé fascinada desde las primeras líneas. En este libro---narrado como cuento---el Dr. Valdez Fernandez-Baca ha logrado plasmar, con una narración llena de metáforas---a través de diálogos entre un cóndor, una golondrina, un puma, un delfín, una lechuza---una visión natural, sensible y empírica de la vida. Reconozco entre líneas sentires y pensares sobre “nuestro profundo olvido”, olvido de quienes verdaderamente somos y del porqué estamos acá . . . ese olvido que desde antes del arameo significaba “pecado” . . .

Juan Manuel utiliza la amistad, el asombro, la curiosidad, el afán de aventura para demostrar lo importante que es des-apegarnos de nuestra “zona de confort”, zona que nos limita tremendamente y nos priva del placer de re-descubrir-nos. Esa “zona de confort” nos robotiza, y, nos separa de cualquier posibilidad de encontrar el verdadero sentido de nuestras vidas. Nos encajonamos y temerosos nos acomodamos a vivir siempre los mismos días, con las mismas rutinas y con las mismas---muchas veces---vanas y pre-juiciosas conversaciones/conductas. Nos aseguramos y convencemos---verdad absoluta---que el conocimiento teórico es la base del Ser y de TODO lo que nos rodea; olvidándonos que es la práctica y no la teoría, la que nos acerca a recordar y a re-descubrir: ¿quiénes somos y adónde vamos?

Me parece cojonudo haber encontrado---gracias a mi enfermedad---como dice JM, a una persona como él; que tiene las mismas formas de pensar y sentir en cuanto a la importancia de reconocer el sentido de nuestras vidas en armonía y coherencia, que yo. Igualmente, estoy totalmente de acuerdo, que es maravilloso reconocernos en la naturaleza, en el amor y en la belleza de la vida misma. Empíricamente hablando y como nos revela JM, puedo decir que con un sentido de vida---amalgamado en nuestros corazones y mentes---seremos capaces de amarnos, de amar sin condiciones al otro, de reconocer nuestra felicidad, y de recordar con alegría quiénes somos y a dónde vamos . . . gracias Juan Manuel!
w/muchness,
ϻīԀš

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